Huelga de hambre por la libertad

PRESOS INDIGENAS EXHIBEN LA INJUSTICIA EN MÉXICO

Presos indígenas exhiben la injusticia en México
Javier Hernández Alpízar

Zacario Hernández Hernández, catequista católico, fue liberado el martes 18 de marzo tras cumplir 36 días en huelga de hambre en el penal de El Amate, en Chiapas.El recién liberado indígena tzotzil es originario del paraje Tres Cruces, municipio de San Juan Chamula. No dejó el ayuno hasta tener en su mano la boleta de libertad. Llevaba tres años en la cárcel y estaba sentenciado a 26 años.Lo que movió al catequista a encarar la posibilidad de su muerte fue la convicción y la dignidad de saberse inocente, dijo que prefería morir que seguir preso acusado por crímenes que no cometió.Con su liberación, el gobierno priista- perredista de Juan Sabines intenta quitarse un poco la presión por la que el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha calificado acertadamente de crisis penitenciaria, pues hay otros 36 presos indígenas en huelga de hambre en las cárceles de Cintalapa, San Cristóbal de las Casas y Playas de Catazajá, además de presos que hacen ayunos en apoyo de los huelguistas, movilizaciones de cientos de indígenas católicos de la organización Pueblo Creyente y se suman las Comunidades Eclesiales de Base, e incluso la solidaridad otros presos que ven la justeza de su lucha.A ese apoyo en Chiapas se han sumado los pronunciamientos nacionales e internacionales de organizaciones de la Otra Campaña, de las redes de solidaridad civil con el zapatismo del EZLN en Europa y América Latina, de manera que los presos que siguen en huelga de hambre tiene razón al decir que la liberación de Zacario Hernández es un logro de su lucha.El estado de Chiapas vive desde antes de 1994, año del alzamiento armado zapatista, bajo la Ley de Herodes (es una versión real y fidedigna de los señores de horca y cuchillo retratados en la película de ese título). Y esa represión jurídica, policiaca, militar y paramilitar se acentúa contra todo indígena que no se pliegue al control priista de los grupos políticos y paramilitares, bajo las siglas del PRI, el PFCRN, el PRD y recientemente también con políticos vinculados al paramilitarismo y la contrainsurgencia en los partidos PANAL y los del Frente Amplio Progresista (FAP), como ha venido documentando el Centro de Análisis Políticos e Investigaciones Sociales y Económicas. Parece que tendremos que tomar el término "parapolíticos" que usan los colombianos para describir la complicidad de la clase política con los paramilitares.De manera que la "alternancia en el poder" –con Pablo Salazar Mendiguchía, priista ganador de una elección por una alianza PRD- PAN, y actualmente Juan Sabines, priista aupado por una alianza de ganaderos priistas, el PRD y el apoyo electoral de López Obrador– ha sido una mera simulación, pues el poder caciquil chiapaneco sigue siendo racista, represivo, paramilitar y priista con diferentes siglas y colores.Recientemente, en el contexto de la escalada de agresiones contra las bases de apoyo zapatistas por grupos de paramilitares como la OPDDIC, la ORCAO, la Unión de Ejidos de la Selva (UES) y reediciones de los grupos responsables de la matanza de Acteal como la OPPDIC Roja (antes Máscara Roja), se ha visto la coordinación de los diferentes niveles de poder político, militar, legislativo y de los partidos políticos de todo el espectro electoral en una campaña que combina la agresión en el terreno no sólo contra indígenas sino contra las organizaciones de derechos humanos que van a observar y documentar esta violencia, con la cobertura mediática de un ala intelectual y periodística caracterizada por defender con sus escritos y con asesoría jurídica a los paramilitares, lo mismo intentando minimizar la matanza de Acteal que logrando la liberación del líder priista de la OPDDIC Pedro Chulín.Así mientras la derecha política, intelectual y mediática hace causa común defendiendo a los militares y paramilitares, las cárceles de Chiapas están llenas de indígenas pobres, injustamente presos muchos de ellos, en un estado donde la tortura y la fabricación de culpas y expedientes a la carta es común, como en muchos otros lugares del país.Por ello no es extraño que los presos políticos hayan tenido que recurrir a una medida extrema como la huelga de hambre, para romper el silencio cuidadosamente construido por la totalidad de la clase política, derechas e izquierdas, sobre la injusticia que los mantiene presos a ellos, mientras a los asesinos de Acteal los defiende.Es sintomática la respuesta del gobernador priista -perredista –lópezobradorista y calderonista, para que mejor se note la unidad de la clase política contra los de abajo que no se dejan manejar como su clientela política–, quien dice que nadie se puede "autodenominar" preso político, y que revisará 360 expedientes, es decir 10 veces más que el número de presos en huelga de hambre. Además se da un plazo de 30 días para una "mesa de revisión".No es exagerado el temor de los presos en huelga de hambre de que el gobierno chiapaneco y el federal aprovechen la coyuntura para liberar a los pocos paramilitares que están presos por sus crímenes (de Paz y Justicia, por Acteal y otras agresiones). No sería raro que un gobierno que se ha sabido atraer a la causa paramilitar a los grupos intelectuales siempre antizapatistas (y racistas) de Nexos y Letras Libres ahora libere a los paramilitares mientras deja morir de hambre a 35 presos políticos, herencia de las anteriores administraciones pan-perredistas y priistas.Los presos en huelga de hambre han respondido a la cínica propuesta de Juan Sabines con una definición clara de su condición de presos políticos y con la denuncia de la estrategia dilatoria del gobernador chiapaneco.Así expresan: "somos presos políticos porque nuestra detención y encarcelamiento proviene de una política de represión y aniquilamiento del movimiento social en el estado de Chiapas, tanto a organizaciones sociales como al propio EZLN. Puesto que nosotros somos miembros de organizaciones sociales hemos sido involucrados en delitos comunes y graves principalmente es claro que no nos acusan de sedición, motín o conspiración, pero sí de homicidio, secuestro o terrorismo, pera que bajo este supuesto hoy se puedan cubrir con el manto de la ley todas las persecuciones que hay en nuestro país".Además señalan que en la práctica el aparato de "justicia" chiapaneco puede realizar trámites expeditos (cuando quieren encerrar luchadores sociales) pero para revisar los casos de los presos políticos en huelga de hambre se dan 30 días, arriesgando la vida de los huelguistas, y se multiplican el trabajo con cientos de expedientes.Los presos políticos indígenas en ayuno son los siguientes, según han ido reportando sus nombres los grupos en solidaridad con su causa:El día 12 de febrero de este año, inició una huelga de hambre en el Penal nº 14 de Cintalapa (Chiapas) Zacario Hernández Hernández (recién liberado, el único hasta el momento de escribir esto). El 25 de febrero de 2008, iniciaron una huelga de hambre indefinida, 12 presos más del penal No. 14 de Cintalapa: 8 integrantes de “La Voz del Amate” adherentes a la Otra Campaña y 4 que se reivindican como presos políticos zapatistas, sus nombres son: Mateo Hernández Bautista, Alberto Patishtán Gómez, José Luis López Sánchez, Julio César Pérez Ruiz, José Pérez Pérez, Marcelino Díaz González, Ramón Guardaz Cruz, Juan Gómez Díaz, Jorge López López, Antonio Díaz Ruiz, Antonio Gómez Díaz, Miguel Gómez Gómez y Domingo Cruz Gómez.El 4 de marzo, en demanda de libertad, 8 presos políticos, integrantes de “La Voz de Los Llanos”, del penal No. 5 de San Cristóbal de Las Casas comenzaron también una huelga indefinida de hambre, sus nombres son: Tiburcio Gómez Pérez, Pedro Guadalupe Enríquez Sántiz , Julio César Méndez Luna , José Luis Gómez Morales, Diego Rodríguez Hernández, Guadalupe Gómez Cruz , Manuel Ruiz Hernández, Antonio Ruiz Pérez , Mario Jiménez López , también son adherentes a la Otra Campaña.El día 10 de marzo, doce indígenas presos en el penal "Licenciado José Patrocinio González Garrido", en el municipio de Playas de Catazajá, se sumaron a la huelga de hambre: “Ya tiene un año y 8 meses que estamos recluidos en el Cereso, somos en total 12 personas, contando a una mujer que está en el cereso No. 5 de San Cristóbal de Las Casas por el sufrimiento agrario, nos está despojando de nuestras tierras el procede a los grupos paramilitares de OPDDIC armados en la comunidad de Busilja, municipio de Ocosingo, Chiapas”.Tres presos de la organización MOCRI se suman a la huelga de hambre que ya están llevando a cabo: 13 indígenas presos en el Cereso n°14, El Amate, 9 en el Cereso No. 5 de San Cristóbal de las Casas y 12 en el Cereso de Playas de Catazajá. En total, ya son 37 los presos que han decidido entrar en huelga en hambre (36, restando a Zacarías Hernández). Además de 10 personas que mantienen jornadas de ayuno y oración, en el Cereso 14: Enrique Hernández Hernández, Pascual Heredia Hernández, Delia Pérez Arizmendi y Jesús López López y Andrés Hernández Hernández; en el Cereso 5: Antonio Díaz Pérez, Juan Díaz López, Miguel Díaz López, Felipe Gómez Pérez y Nicolás Pérez Núñez.Ayer por la tarde algunas personas, colectivos y organizaciones de la Otra Campaña se manifestaron en la Ciudad de México frente a la representación del gobierno chiapaneco.La realidad de los presos indígenas en Chiapas es un espejo en el que se ven reflejadas las cientos de personas presas por luchar en todo el país, aunque los casos menos desconocidos son los de Atenco y Oaxaca, hay muchísimos más. Algunos son liberados gracias a la presión de sus compañeros de organización como los cuatro presos de la Otra Campaña en Tampico, que defienden la Laguna de Carpintero, los presos de los Dorados de Villa en Ixhuatlán de Madero, y los presos de Molino de las Flores que han ido ganando amparos y saliendo libres, como bien lo saben los presos de Chiapas, no porque se hayan rendido, sino gracias a la lucha de organizaciones como las de la Otra Campaña.
(Ve el corto premiado "LA MUERTE Y LA MADRE" en EL BLOG DE LA MUERTE: http://puroshuesos.blogspot.com/ )

Abajo y a la Izquiera